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  • Foto del escritorJessica García Cardona

Empresas culturales – Un sector en crecimiento, pero con limitaciones

Últimamente en el país y a nivel mundial, se viene hablando de diferentes terminologías que relacionan los procesos de emprendimiento, con los desarrollos culturales; entre estos conceptos encontramos: Industrias creativas y culturales; Emprendimientos o empresas culturales; y otros. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), las industrias culturales y creativas son todas las actividades relacionadas con la producción, promoción, difusión y/o la comercialización de bienes, servicios que tienen un componente cultural, artístico o patrimonial. (minciencias, 2023). De acuerdo a Garcés, este tipo de actividad tiene además como característica principal, que su valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual” (Garcés, 2022).


Las empresas culturales representan un aporte importante a las economías de las naciones; por ejemplo en Colombia representan el 3% del total de las empresas; que son alrededor de 45.294 unidades productivas. De otro lado en nuestro país este tipo de actividad económica reviste mayor importancia que en otras latitudes, pues está relacionada directamente con la riqueza y la diversidad étnica del país, ya que alrededor del 11,6% de la población total, pertenece a grupos indígenas, afrocolombianos, o raizales (Redondo, Pinzón, Chavarro, & Ruge, 2021). Dada la importancia que ha revestido este sector de la economía, en el año 2017 se institucionalizó la Ley 1834 de 2017 o Ley Naranja; la cual busca promover las diversas iniciativas de carácter creativas y culturales. (Garcés, 2022)


A pesar, de que los conceptos de industrias o empresas culturales son generalmente aceptados por diferentes gobiernos y organizaciones internacionales; varias personalidades, especialmente ligadas al ámbito artístico cultural, la critican, pues desde su perspectiva, la cultura abarca dimensiones más extensas que solo los términos políticos o económicos. Explican que la cultura permite dotar de identidad a un grupo de personas, y es además un derecho humano en el marco de un Estado social de derecho. (Garcés, 2022); además la cultura y su diversidad deben ser protegidas y preservadas, pues se basan en la tradición y los momentos históricos que generan patrimonios "acumulados" o "acumulables". (Parc & Messerlin, 2021)



Santiago de Cali, ciudad de Empresas culturales



Desde las décadas del 60 y 70, con el inicio de la Feria de Cali, con Caliwood y el Grupo de Cali; la ciudad capital del pacífico colombiano, ha sido referente nacional e internacional de movimientos culturales y artísticos. Esto debido en gran parte al proceso de migración, que ha hecho de la ciudad un polo atrayente de población desplazada por el conflicto o diversas condiciones, que la hacen una ciudad con gran diversidad socio- cultural. A pesar de ello; aún no se logra generar condiciones de vida digna para la mayoría de los artistas que están en la ciudad. Diversos estudios muestran que, la mitad de los artistas trabaja en la informalidad, además el 60% no cotiza pensión, y en las mismas proporciones se encuentran aquellos artistas que deben desarrollar una actividad complementaria como fuente de ingresos, además solo el 10% cuenta con vivienda propia. De otro lado, algunos autores han analizado cómo la gobernanza de la cultura en la ciudad está centralizada y burocratizada; e incluso se atreven a definir que las ofertas culturales que reciben mayor apoyo y reconocimiento, se encuentran localizadas principalmente en los barrios de Granada, San Antonio y Siloé (Garcés, 2022).


Según Mareque, Prada, & Álvarez; para el desarrollo de las ciudades creativas y culturales, se deben tener en cuenta el entorno urbano ya existente, y que se ha desarrollado a través de un proceso histórico. Según estos autores, es también importante evitar la homogeneización; o la imitación de actividades artístico culturales de otras latitudes, es importante conservar la identidad y autenticidad de lo propio; a través del aprovechamiento de aquellos intangibles únicos y especiales. De igual manera, destacan que existe el riesgo de la mercantilización de la vida cotidiana, la gentrificación, que podría conllevar el desplazamiento de comunidades propias y autóctonas por extranjeras, entre otras prácticas perjudiciales para la conservación de la cultura y el patrimonio. Si estas situaciones llegaran a darse, puede presentarse menor competitividad, y rechazo de los pueblos locales. (Mareque, Prada, & Álvarez, 2021).



Limitaciones y retos de las empresas culturales


A pesar, del recobrado valor que se le ha brindado a las industrias culturales y creativas en los últimos años; la realidad, es que siempre ha estado subestimada en los diferentes proyectos de gobiernos y entidades internacionales; En Colombia por ejemplo; en los últimos años va en aumento el número de estudiantes de carreras creativas, a pesar de que no existe una estrategia clara de direccionamiento de estos graduados hacia la vida productiva. Según diferentes expertos, es importante que se generen espacios de análisis, reflexión y debate con la creación de una agenda, para la sostenibilidad del sector creativo ( UNIVERSIDAD EAN, 2022).


De otro lado, en diferentes países de Latinoamérica, se ha observado cómo el gobierno ha favorecido la participación privada a través del mecenazgo; y ha servido más como un facilitador de la actividad privada que como un oferente o garante de derechos culturales (Moguillansky, 2021). Se ha observado además, cómo el sector tiene dificultades para distribuir los réditos económicos hacía todos los eslabones de la cadena productiva, especialmente en aquellos donde es más intensivo el uso de capital humano (Garcés, 2022). Toda esta situación redunda entonces, en una clara centralización del sector; que en el caso colombiano, hace que las empresas culturales incluso se concentren en las principales ciudades y regiones, como lo son Bogotá, Cali, Medellín, y Boyacá (Redondo, Pinzón, Chavarro, & Ruge, 2021)


El sector cultural en Latinoamérica no ha logrado un posicionamiento efectivo a nivel internacional, debido en parte al gran nivel de informalidad que presenta, en términos de empleabilidad. Otra de las dificultades que se presentan en el sector de las empresas culturales, es el sesgo en cuanto al despliegue ocupacional bajo la discriminación de género, pues en países como Colombia y Chile las mujeres representan en promedio un 37,% de participación laboral en el sector creativo y cultural frente a un 63% en promedio de empleabilidad masculina, respectivamente; además de la brecha salarial entre géneros, donde se repite una posición de desventaja para las mujeres, quienes reciben menor remuneración que los hombres en las actividades económicas del sector cultural y creativo (Redondo, Pinzón, Chavarro, & Ruge, 2021).


La digitalización de los productos y servicios culturales, ha resultado beneficioso en variadas situaciones como lo fue el periodo de pandemia; sin embargo, algunos autores podrían argumentan que la digitalización ha traído consigo un aumento en la piratería en Internet y la infracción de los derechos de autor (Parc & Messerlin, 2021). El mismo periodo de pandemia, significó una afectación muy fuerte para las empresas culturales; a nivel mundial los gobiernos recortaron el presupuesto destinado a este tipo de iniciativas; pero además industrias puntuales que requerían de espacios de exhibición al público como lo son la industria cinematográfica, y el teatro percibieron pérdidas millonarias (Moguillansky, 2021)



Oportunidades y sectores culturales en crecimiento


Con la llegada de la pandemia existió una afectación general al sector cultural y creativo a nivel mundial; sin embargo, así como en otras industrias, este periodo sirvió para impulsar soluciones creativas, y nuevos métodos para el fomento de este tipo de iniciativas. Entre lo más destacado que dejó la pandemia como oportunidad para el sector cultural y creativo está: Las plataformas de streaming, que además permitieron un respiro a las actividades teatrales como generadora de ingresos temporales; La aparición y auge de los podcasts, que impulsó a las actividades de radiodifusión; y Los libros e e-books, que tuvieron un aumento en sus ventas de alrededor del 45%. (Moguillansky, 2021)


En Colombia además se tiene como oportunidad de desarrollo en la industria cultural y creativa la tercera ley en el mundo y la primera en Latinoamérica que dicta las disposiciones que debe tener el Gobierno nacional en materia de ICC. Se trata de la Ley 1834 del 2017 o conocida también como Ley Naranja; la cual especifica todas las funciones que debe llevar a cabo el Gobierno en el sector cultural para visibilizarlo e identificarlo. La generación de la ley trajo consigo la creación del sistema de información —Siena—, en el que se consolida y difunde toda la información estadística relacionada con la economía naranja. (Redondo, Pinzón, Chavarro, & Ruge, 2021)





Como conclusión, el estilo de vida moderno que tiende en gran medida a procesos de globalización e internacionalización; ha generado la interacción de diferentes procesos culturales en todas las latitudes del mundo; sin embargo las empresas culturales son de vital importancia para la preservación de las culturas locales autóctonas de cada región. Estas iniciativas empresariales tienen algunas limitaciones y retos que pueden llegar a frenar su crecimiento en el largo plazo, y verse consumidas por procesos globalizantes como la misma gentrificación; pero dependerá de los gobiernos y los mismos empresarios culturales aprovechar en su máxima medida las nuevas plataformas que ha dejado la pandemia, para lograr una mayor difusión; lo que en últimas podría resultar en el fortalecimiento de la creatividad y la diversidad cultural.


Recuerda que si tienes una idea o un emprendimiento relacionados con el sector cultural, en CENPRODEM podemos acompañarte a estructurarlo y obtener los mejores resultados. Contáctanos en nuestras redes sociales, o déjanos un mensaje en la opción de contacto de esta página web.



Referencias


UNIVERSIDAD EAN. (2022). Industrias creativas: la cuarta economía más importante de Colombia. Obtenido de portafolio.co: https://blogs.portafolio.co/pensamiento-emprendedor/industrias-creativas-la-cuarta-economia-mas-importante-de-colombia/


Garcés, H. (2022). Entre la política y la economía: las políticas de industrias culturales en Santiago de Cali, Colombia. Revista Guillermo de Ockham, 251-271.


Mareque, M., Prada, E. d., & Álvarez, M. (2021). Exploring Creative Tourism Based on the Cultural and Creative Cities (C3) Index and Using Bootstrap Confidence Intervals. Sustainability, 1-17.


minciencias. (2023). INDUSTRIAS CREATIVAS Y CULTURALES. Obtenido de minciencias.gov.co: https://minciencias.gov.co/glosario/industrias-creativas-y-culturales


Moguillansky, M. (2021). LA CULTURA EN PANDEMIA: DE LAS POLÍTICAS CULTURALES A LAS TRANSFORMACIONES DEL SECTOR CULTURAL. Ciudadanías- Revista de políticas sociales urbanas, 1-19.


Parc, J., & Messerlin, P. (2021). The true impact of shorter and longer copyright durations: from authors’ earnings to cultural creativity and diversity. International Journal of Cultural Policy, 607-620.


Redondo, A., Pinzón, C., Chavarro, M., & Ruge, A. (2021). El paradigma ecléctico en las industrias culturales y creativas de Chile y Colombia. Revista Comunicación, cultura y política, 1-25.


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