top of page
  • Foto del escritorJessica García Cardona

La brecha de Género en Emprendimiento

La brecha de género, es una medición, que muestra la diferencia entre mujeres y hombres respecto a un mismo indicador. Esta medición, refleja que existe una distancia marcada entre los sexos respecto al acceso, y control de servicios y actividades económicas, sociales, educativas, tecnológicas, y políticos, entre otras.


En términos económicos, por ejemplo; se ha observado cómo, a pesar de obtener trabajos que demandan las mismas competencias y preparación académica para ambos sexos; es el hombre el que obtiene mayores beneficios, y además quien presenta mayores oportunidades para el desarrollo de carrera. Esta situación conlleva no solo a la discriminación por género en las actividades laborales, sino también, a la distribución desigual de la riqueza, afectando la economía de las mujeres (Guerrero, 2023). Este fenómeno, se ve reflejado en diferentes estudios, que muestran que el 26.6% de quienes perciben ingresos considerados alto son hombres, en contraste con el 19.77% correspondiente a las mujeres (Caycedo, Galviz, & Acosta, 2018).



Ahora bien, no ha sido solamente el componente económico de empleabilidad el factor impactado negativamente. En el informe realizado por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), donde se mide la actividad empresarial, en capítulos por países y de manera global; se muestra que, para el caso del año 2019, se mantenía una brecha entre los géneros, y en el 2022, el último informe muestra que postpandemia esta brecha se amplió (Varela, R., Arango, C., 2022). De la misma manera que el informe GEM, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), muestra que, en el año 2017, solo 16 % de los fundadores de “start-ups” eran mujeres; e incluso en contextos de países más desarrollados, como los de la Unión Europea, las mujeres representan solo el 29% de la población total de emprendedores (Román & Gonzáles, 2022)


Profundizando el análisis, si se observan los indicadores, que se tienen en cuenta para el desarrollo de los procesos de emprendimiento, se puede identificar, que además muchas mujeres abandonan sus emprendimientos por diferentes factores limitantes. Uno de ellos es el acceso a la banca; por ejemplo, para Latinoamérica y el Caribe, solo tres de cada diez mujeres, accede a créditos formales (Guerrero, 2023).


Otro factor limitante de gran importancia, es el estereotipo social de la mujer, pues históricamente hablando, el rol de la mujer ha estado relacionado con el cuidado de la familia, las labores domésticas y la construcción del hogar. Estas actividades influyen directamente en una menor posibilidad de desarrollar contactos para el desarrollo de los emprendimientos, al tiempo que disminuye la opción de movilizar recursos (Román & Gonzáles, 2022). Asociado a este factor también se encuentra el hecho de que las mujeres, desde su posición, regularmente no contemplan la opción de convertirse en empresarias, pues regularmente ante una situación de crisis, como por ejemplo el tiempo de Pandemia, es la mujer quien cuenta con menos apoyo de su círculo cercano (Familiares y amigos), para afrontar situaciones económicas difíciles. (Caycedo, Galviz, & Acosta, 2018)


Otra de las limitaciones que se encuentran frecuentemente, está asociada al nivel de percepción de riesgo, el cual es mayor en las mujeres. Este factor se relaciona con el miedo al fracaso, y ello se convierte en una barrera para iniciar y desarrollar procesos de emprendimiento para las mujeres (Caycedo, Galviz, & Acosta, 2018)


A todas estas limitaciones, se suma el fenómeno pandemia y postpandemia, en el que se observa que muchas mujeres, abandonaron sus iniciativas empresariales, mientras otras debieron hacerse cargo que tareas del hogar, y trabajo doméstico (Guerrero, 2023).


En la actualidad, la brecha de género, ha aumentado en vez de disminuir, lo que hace cuestionar el modelo de atención que se está brindando a la atención de la mujer, como población en estado de desigualdad. La brecha de género en términos de emprendimiento debería ser menor, pues según estudios, las mujeres presentan capacidades que también las hacen apropiadas para la creación y el desarrollo de sus propias iniciativas empresariales. Entre algunas de las razones por las que las mujeres deben comenzar a tener más protagonismo en términos de emprendimiento están: Las mujeres son más orientadas al logro de resultados, lo que conlleva a la efectividad en la consecución de los objetivos. De otro lado, cuentan con mayor propensión a la planificación y gestión; por lo que pueden lograr el sostenimiento a mediano y largo plazo de las iniciativas empresariales (Román & Gonzáles, 2022). De otro lado, el informe GEM del 2022 en Colombia ha resaltado que en este momento las mujeres presentan mayor cobertura académica y mejores resultados académicos (Varela, R., Arango, C., 2022).



¿Qué se debe lograr entonces para disminuir la brecha de género en procesos de emprendimiento?, según diferentes autores, lo principal es entonces: Generar oportunidades de acceso a la banca y los créditos formales; también se pide más sororidad, pues se espera que aquellas mujeres que han logrado un camino en términos de emprendimiento, puedan ser tutoras e incluso inversionistas privadas de otras iniciativas empresariales femeninas. Desde los gobiernos, es importante que se generen condiciones para que las mujeres que son madres cabeza de hogar, puedan contar con redes de apoyo, que les permita, por ejemplo: guarderías para sus hijos, mientras acceden a educación o empleo; instituciones y rutas de atención ante posibles maltratos e incluso discriminación de género. Las organizaciones que velan por el trabajo digno, deben acoger políticas que procuren por la distribución equitativa de las ofertas laborales, el pago justo y en condiciones de igualdad para ambos géneros, y oportunidades de carrera y crecimiento profesional en todos los sectores, tanto privados, como públicos (Guerrero, 2023).


Finalmente, es necesario que como sociedad analicemos de qué forma podemos desarrollar una mayor conciencia colectiva, que parta desde la academia, que genere espacios para el desarrollo de la política y la gestión pública, y que sea difundida a toda la comunidad; a través de espacios participativos, que propendan por mejorar las condiciones sociales y a generar entonces la inexistencia de esta brecha de género.




Referencias


Caycedo, V., Galviz, D., & Acosta, L. (2018). La brecha de género en la intención emprendedora. Análisis de variables socioeconómicas, perceptuales y de entorno en Colombia. GENERACIÓN DE CONOCIMIENTO PARA LA COMPETITIVIDAD EMPRESARIAL, 31-63.


Eternod, M. (2018). “Brechas de género”- Retos pendientes para garantizar el acceso a la salud sexual y reproductiva, y para cerrar las brechas de género. México DF: Inmujeres México.


Guerrero, B. (2023). Desigualdades económicas y confinamiento: análisis desde una perspectiva de género en América, Europa y Asia. Crítica y Derecho- Revista Jurídica, 89-98.


Román, M., & Gonzáles, V. (2022). LA COMPETENCIA DE EMPRENDIMIENTO DIGITAL EN FUNCIÓN DEL GÉNERO: EL PROYECTO EMDIGITAL. Hachetetepé. Revista científica de educación y comunicación, 1-13.


Varela, R., Arango, C. (2022). Actividad Emprendedora: Colombia un país en reactivación . Cali: Universidad Icesi.




10 visualizaciones0 comentarios
bottom of page